El gobierno pretende tapar el Sol con un dedo en Colón


Juan Jované
 
Como ya se ha explicado la solución de los problemas de empleo en Colón es un elemento clave para hacer frente a la catastrófica situación social que se vive en esa provincia. Solo hace falta recordar que, pese a que en la Provincia de Colón se genera el más elevado nivel de PIB por persona, el que en el 2019 alcanzo a B/. 35,021.50 medido a precios corrientes, en esta cerca del 49.3% de la población laboral se encuentra en desempleo o informalidad. A esto se añade que el 52.7% de los ocupados en el sector agropecuario solo logran trabajar menos de 40 horas semanales.
 
Dado que la Provincia de Colón genera el 17.8% del PIB y contiene apenas el 7.0% de la población del país, no queda duda que la misma genera suficientes recursos como para apoyar a quienes tienen problemas de empleo. Lo cierto es que el actual gobierno no ha tenido ni la inteligencia ni la voluntad política de hacerlo.
 

«Pareciera que el gobierno sigue jugando a un peligroso intento de desgaste de la Coalición de la Unidad por Colón, con lo que solamente esta añadiendo presión al conflicto.»

Apoyado en la propaganda sostenida por los medios de comunicación adeptos al gobierno, entre los que se destaca La Estrella de Panamá, el mismo ha presentado a los colonense un plan que raya en lo ridículo. Este inmediatamente fue rechazado por la Coalición de la Unidad por Colón. Las razones son claras.
 
La flamante propuesta gubernamental para el empleo en Colón está reducida a la oferta de capacitación en el INADEH a cambio de apenas B/. 150.0 mensuales. Para comenzar se debe destacar que poner a una persona a recibir un curso no reduce en nada la tasa de desocupación en Colón, donde ya existe una fuerza de trabajo con la suficiente educación y habilidades para ocupar actividades que producen satisfacción y riqueza. Se trata simplemente de darle un nuevo ropaje a los bonos solidarios digitales.
 
Por otra parte, es obvio que la suma de dinero que se le pretende entregar a la población es irrisoria.  La misma representa menos de la mitad del costo de la Canasta Básica alimenticia que el MEF calculó para el mes de diciembre de 2021. Si se compara la oferta gubernamental con la canasta básica completa, se constata que esta solo representa el 23.1% del costo de esta.
 
A lo anterior se debe sumar el hecho de que ahora estamos en una situación inflacionaria que amenaza con acelerarse. Si se tiene en cuenta que de acuerdo con el Inec en abril la tendencia mostraba un incremento interanual de precios de 3.3% para el caso de los distritos de Panamá y San Miguelito y de 3.9% para los otros lugares urbanos. La oferta gubernamental resulta insuficiente y referida a dinero que viene perdiendo capacidad adquisitiva.
 
La tendencia del gobierno a manipular la opinión pública con el fin de intentar confundir y desprestigiar a la Coalición de la Unidad por Colón, también se expresa por la vía de los medios de comunicación adeptos al régimen gobernante. Es así, para dar un claro ejemplo de esto, que el 19 de mayo de 2022 La Estrella de Panamá publicaba una glosa totalmente falsa encubierta cobardemente en la distorsión de los nombres, en la que se afirmaba que: “Desde de David me informan que Voltier llegó a Chiriquí en vuelo especial desde Colón para garantizar transporte e invitar a los indígenas a la marcha de hoy. ¿El Cuco Nacional?”
 
Este mismo diario en su versión digital, de manera imprudente, publicó el 25 de mayo una foto en la que aseguraba que un prelado católico había sido confirmado como mediador. Pese a que en el texto se veía obligado a reconocer que la Coalición de la Unidad por Colón seguía insistiendo, sin negar los méritos del prelado de la foto, en otro religioso colonense que esta agrupación propone como mediador dada su capacidad y experiencia como mediador en importantes conflictos. En el fondo se les faltó el respeto a ambos prelados.
 
Pareciera que el gobierno sigue jugando a un peligroso intento de desgaste de la Coalición de la Unidad por Colón, con lo que solamente esta añadiendo presión al conflicto.


 
 
 
 
 
 
 
 

Otro intento de engaño para Colón


Juan Jované
 
Frente a las movilizaciones de la población colonense, que agobiada por las duras realidades que los aquejan, ha salido masivamente a las calles a defender su derecho a una vida digna, el Presidente de la República, siguiendo el bochornoso antecedente de sus predecesores, decidió montar un espectáculo mediático con el fin de intentar confundir a la opinión ciudadana.

MANIOBRAS Y TRIQUIÑUELAS

Para llevar adelante la distracción mediática se recurrió a convocar a una reunión al sector empresarial de la Provincia de Colón, el cual olvidó todo lo propuesto en el Plan de Corto Plazo de Emergencia Laboral de Colón que ellos mismos habían firmado el 21 de abril. También se convocó a una representación espuria de los movimientos sociales de Colón, a la que se le agregó una supuesta representación académica, que jamás participó en los debates sobre el desempleo y la forma de abordarlo. Obviamente también aparecieron los altos funcionarios gubernamentales, que no dudaron en traicionar el proyecto de empleo para Colón que también habían firmado.
 
LA MINERÍA NO ES BUENA NOTICIA: DESTRUYE Y CONTAMINA

El resultado de la reunión fue patético. En primer lugar, se habló de 1,500 plazas de trabajo en la minería, las cuales se darían después de una supuesta capacitación. Esto, antes que nada, es una descarada propaganda del nefasto acuerdo minero que el gobierno de turno intenta firmar, en el cual tanto los intereses económicos nacionales, como los del medio ambiente, están totalmente ausentes.
 
PROMESA DE TRABAJO EVENTUAL QUE CONTAMINANTE

Esta propuesta no significa un incremento inmediato de puestos de trabajo, ya que se trata de eventuales plazas de trabajo que supuestamente se darán en el futuro. Más aún, estas solo serían viables si se eleva la contaminante producción de cobre generando un mayor impacto sobre el medio ambiente.
 
LA AMBIGÜEDAD EN LAS PROMESA NOS INSULTA

También se prometieron 300 puestos de trabajo en la Zona Libre de Colón sin especificar dónde ni cuándo. Si se trata del sector gubernamental, esto es de la administración de esta zona franca, estaríamos frente a un incremento indiscriminado y carente de sentido de la burocracia que la administra.
 
LOS COLONENSES MERECEMOS RESPETO

Si el Presidente se refirió a las empresas, entonces debió explicar cómo frente a los problemas internacionales de incremento en los precios del transporte, los problemas de las cadenas logística vinculadas con China y las tendencia contractivas en América Latina, puede asegurarse una expansión en la actividad y ocupación en la Zona Libre de Colón.  
 
NO QUEREMOS MÁS ENGAÑOS

En relación al supuesto empleo a generarse con la eventual puesta en marcha de la construcción del nuevo Hospital Amador Guerrero, no solo es algo que la experiencia señala como un hecho incierto, tampoco se especificó como se distribuirán en el tiempo los puestos de trabajo prometido, ni se aseguró que los mismos serían ocupados por colonenses.
 
ESTÁN JUGANDO CON LA PACIENCIA DE LOS COLONENSES

El desinterés del ejecutivo de aliviar el problema del desempleo en Colón queda más en claro si se tiene en cuenta que él mismo desechó un plan científicamente construido, en el cual se proponía la creación de 3,000 plazas de trabajo con salarios mensuales de no menos de B/. 600.00, asegurando las prestaciones laborales de los trabajadores. Se trató de un proyecto que, como se señaló, fue construido y firmado por el sector empresarial, CUCO, el sector académico y el propio representante del Presidente en los trabajos realizados.
 
COLÓN EXIJE JUSTICIA Y EQUIDA

De todo lo anterior se debe añadir que han quedado sin resolver todos lo otros problemas que tienen que ver con el deterioro de los servicios sociales, el elevado costo de la vida y los crecientes precios de los combustibles.
 
Pese a que la mediación propuesta por Monseñor Emiliani, que fue aceptada por el CUC0, pudo haber significado una buena salida para enfrentar la situación, el gobierno de turno  se decidió por la demagogia y la politiquería.
 
 
 

«La justa lucha del pueblo colonense amerita el respaldo de todo aquel que entienda la importancia del desarrollo equitativo y sostenible»

Foto del 25 de octubre de 2012. Una de las tantas luchas que ha librado la población de Colón.

COLÓN URGENTE

Juan Jované

Los recientes acontecimientos en la Provincia de Colón ameritan un análisis profundo sobre sus causas tanto estructurales como coyunturales, el cual permitirá una mejor comprensión sobre el origen de la problemática y la forma correcta de abordarla.

Para entender las causas profundas es necesario señalar que la Provincia de Colón genera el PIB por persona más elevado del país, superando en 120.7% al promedio nacional y en 37.0% al de la Provincia de Panamá. Esto muestra el alto nivel de generación y captación de riqueza que se genera en la Provincia de Colón.

Sin embargo, la estructura económica de Colón, que se puede caracterizar como una colección de enclaves económicos desarticulados es incapaz de generar una adecuada distribución de los beneficios económicos asociados a ella. La misma, consecuentemente,  no puede dar respuesta a las necesidades básicas de la población.

Esto se puede apreciar en los problemas de empleo que se observan en la Provincia de Colón. En la misma la tasa de desocupación es 12.6% de la PEA. En el caso de la población entre 20 a 24 años este indicador se eleva hasta el 26.5%, colocándose en 40.5% para las mujeres de ese rango de edad que buscan trabajo.

Se debe agregar que el 45.3% de los ocupados en actividades no agrícolas se encuentran en condiciones de informalidad, mientras que el 52.7% de la población ocupada en el sector agropecuario no logra trabajar 40 horas o más a la semana, lo que es una muestra de subocupación.

A lo anterior se debe agregar un permanente deterioro de los servicios de salud, educación e infraestructura económica, producto del abandono que lo distintos gobiernos han mostrado hacia la provincia. No menos importante ha sido la falta de vías democráticas que permitan que la sociedad de Colón, sobre todo los sectores populares, tengan una participación activa en las decisiones que afectan su futuro.

Es en este marco que se han venido dando las luchas de los diversos sectores sociales de la Provincia de Colón. En base a estas, gracias a la hábil dirección de la Coalición de la Unidad por Colón (CUCO), se logran un conjunto de acuerdos con el ejecutivo, los cuales deberían haber servido para iniciar la redención de la Provincia.

Por un lado, se acordaron medidas inmediatas, vinculadas, entre otras cosas a proyectos que deberían ponerse en marcha en fechas claramente determinadas. El seguimiento de estos elementos se debería dar por medio del funcionamiento de mesas temáticas que atenderían áreas específicas. El gobierno de turno no solo bloqueó el funcionamiento de estas mesas temáticas, sino que también incumplió con las fechas acordadas para las diferentes acciones acordadas.

También se acordó la formación de una comisión para la elaboración de un plan estratégico de desarrollo para la Provincia de Colón, el cual apuntaría a superar el esquema de un crecimiento basado en la suma de nuevos enclaves, como lo es el simple desarrollo de un puerto libre,  que no asegura un desarrollo integral para la población.  

Esta comisión, además de acordar una visión de desarrollo para la Provincia, formalizó un Plan de Emergencia de Empleo de Corto Plazo para Colón, el cual se entregó al ejecutivo el 21 de abril. Previamente esta comisión, en la que participa el sector privado, CUCO, un representante del gobierno y uno de la academia, le envío el 24 de marzo una nota formal al Presidente de la República, solicitándole su presencia en la Provincia para atender los diversos problemas que se venían agravando. El ejecutivo, lastimosamente, hizo caso omiso a toda esta iniciativa provocando la actual situación.

La justa lucha del pueblo colonense amerita el respaldo de todo aquel que entienda la importancia del desarrollo equitativo y sostenible.

Edgardo Voitier, dirigente colonense conversando en el programa POLÍTICA PARA TODOS en Periódico Constituyente.

Otro diálogo y otra frustración

Un diálogo más destinado a la frustración y al fracaso. Esto no sorprende, o será que alguien es lo suficientemente ingenuo para creer que el Gobierno está interesado en dialogar con las “fuerzas vivas” de Colón. Si lo estuviera lo habría comenzado hace tres años y medio, o será que en aquel momento aún tenía dudas de que allí existían problemas.

Este diálogo no pasa de ser una farsa para salvar las apariencias, porque el “juega vivo” no les funcionó. Y disculpen por la agresividad de mis palabras, pero se me agotó la paciencia para hablar del gobierno de turno con diplomacia. A ellos solo les interesa lo que genera billete, como las tierras de la Zona Libre; los problemas de las 16 calles no les generan ninguna ganancia. Sin embargo, aprovecho el momento para hablar del diálogo que, algunos lo saben, fue mi gran frustración en Panamá. Por más de dos años visité Colón para entender e intentar contribuir con la solución de sus problemas. La primera parte, “comprender”, creo que comprendí, pero con la segunda, “contribuir”, nada logré.

Comparto aquí algunas conclusiones que me hacen hoy creer que la sociedad panameña no está lista para resolver el problema de Colón. Y lo resumo en pocas palabras: para los que viven bajo la cultura de la ciudad de Panamá, resolver el problema de Colón significa transformarla en una ciudad blanca, pero Colón es una ciudad negra. Ciertamente, alguien como Raúl Leis describiría esto con palabras más bellas, pero no creo que sean necesarias, pues los que conocen esa ciudad saben que tengo razón; los que no la conocen es mejor que sigan con sus ilusiones.

Un diálogo de Colón no significa consultar a esas “fuerzas vivas” que nadie sabe quiénes son; debe ser un diálogo con el gueto, y si alguien no entiende lo que eso significa, que pase por la calle nueve o por la calle cuarta, donde cualquier colonense, con orgullo, le explicará lo que es el gueto.

La negra y el negro colonense, por décadas, aprendieron a “resolver” sus problemas sin la ayuda de nadie y a convivir con el menosprecio de todos. Y fue de su lucha diaria que ellos formaron su consciencia, su pensamiento y su cultura. Y nosotros, los de afuera, lo único que hacemos es repetir en cada oportunidad que para resolver el problema de Colón es importante que “ellos se vayan”, que “cambien”, “que dejen de ser lo que son” y pasen a ser, pensar y comportarse como blanquitos.

A los más hipócritas, que los acusan de ladrones, les recuerdo que algunos ladrones blancos –que todos conocemos muy bien– roban con la coima de un único contrato mucho más que todas los pandillas de Colón en un año, pero con una gran diferencia: unos roban para vivir, pero son negros, y otros roban para hacerse millonarios, pero son blancos. Si estas palabras le incomodan, por favor, deténgase dos minutos a pensar y dígame si tengo razón o no.

Escribo desde lejos, por eso también me disculpo. Hace más de un año que no voy a Colón, pero dudo que se haya producido algún cambio significativo. Ser negro en Colón no se limita solo al color de la piel, se trata de un profundo tema antropológico y cultural de los afrocaribeños que fueron traídos porque hablaban la lengua del Canal, aunque no fuera la lengua del resto del país, pero a quién le importaba esto si “ellos vinieron para trabajar, no para integrarse al país”.

Es a partir de este universo afrocaribeño que nace la cultura del gueto en Colón, donde cada quien tiene que “resolver” su vida sin la ayuda de blancos, chinos, judíos o árabes, porque para algunos de ellos sería mejor que los del gueto no existieran.

¿Quieren cambiar esto? No creo que sea difícil, pero hay que sentarse en la mesa con los del gueto, y antes que todo, escucharlos, comprenderlos, para junto con ellos construir una ciudad que sea blanca, judía, árabe, china, y también orgullosamente negra. El día que lo hagan entenderán que, precisamente, esta parte negra de Colón es la más rica de la tacita de oro. Se imagina lo aburrida que sería sin los encantos de la negra y sin la alegría del negro. Pero como les dije al inicio, tengo dudas de que la sociedad panameña esté lista para abrazar con orgullo al hermano afrocaribeño que vive en las 16 calles de la ciudad de Colón.

MARCELO ANTINORI
9 de noviembre de 2012

EL DIÁLOGO POR COLÓN